Preparados para la campaña electoral

Como cada año, la segunda quincena de febrero el Concejo Deliberante se reunió en sesión preparatoria y eligió las autoridades para el periodo ordinario que empieza el 1 de marzo. Este año los concejales oficialistas cambiaron las autoridades sembrando el Concejo como terreno electoral.




Ayer a la tarde el Concejo Deliberante tuvo su sesión preparatoria anual, es un requisito del reglamento interno y se celebra cada año en la segunda quincena de febrero. 

En esta sesión se resuelven los días y horarios de  sesiones, se ratifica al secretario, y se eligen las autoridades del Cuerpo y los bloques. Si bien cada año se cumple con esta previsión, lo habitual es respetar el orden en que los concejales fueron electos, de manera que el primer concejal de la lista es normalmente el que preside el concejo y luego se eligen un vice presidente y un vice segundo. 

Sin embargo este 2019, los concejales de Proyecto Cosquín mocionaron cambiar la presidencia expresando que "por ser este año un año electoral" necesitaban que el presidente fuera el concejal Pinto. Raúl Cardinali, el representante del Frente para la Victoria, manifestó que iba a acompañar esa propuesta porque "políticamente corresponde" que la presidencia sea del concejal que acompaña al intendente. 
Más tarde el propio elegido dijo: "necesitamos mantener la gobernabilidad y tener la presidencia nos permite decidir algunas cosas".

Nada se discutió sobre mi trabajo como presidenta del Concejo, no hubo cuestionamientos ni reclamos en la tarea, solo conveniencia partidaria asumida por los concejales. Fuera de la mesa de discusión quedaron el voto de los coscoinos y el resguardo institucional. 


Por mi parte, no voté al concejal Pinto. Dije y sostengo que si durante este último tiempo, sin ostentar cargo, había hecho usufructo personal de la función, si había acompañado al intendente pretendiendo ser el representante del cuerpo, si había admitido excesos por ejemplo en darle órdenes al secretario para ingresar expedientes fuera de hora y plazo, si estaba aceptando que "necesitan" del escenario del Concejo para hacer campaña política, no voy a avalarlo. 

Ninguno de nosotros es irreemplazable, estamos en un lugar por el tiempo que los votantes nos encomiendan, es un servicio público y no un cargo para ascender socialmente, por eso como concejal seguiré trabajando agradecida de poder hacer cosas por mi ciudad. 

Me queda la gratificación de que nada de mi trabajo al frente del Concejo se objetó o puso en duda, de que llegué a un área municipal que no tenía muchos recursos y se convirtió en una dependencia abierta a la comunidad. Hoy tenemos mecanismos y procedimientos administrativos y de acceso a la información y documentación pública, funcionando plenamente, todo está al día, hemos recibido cientos de personas a través de reuniones con el Concejo, hemos ido a los barrios, las escuelas, hemos trabajado para la Carta orgánica municipal propia, hemos generado una nueva institución para la ciudad como es el Parlamento Juvenil. Reforzamos el diálogo con instituciones que el Municipio no tenía, realizamos convocatorias participativas y plurales. Defendimos las audiencias públicas como mecanismo de escucha para la toma de decisiones. En suma, aún con errores en la tarea, el Concejo como institución ha crecido. 

En lo personal, siento que ejerzo mi función de legislar y realizar control de gestión de manera responsable  y honesta, y si eso hace que no deba ser presidenta, porque no quiero usar la institución para hacer proselitismo, me quedo tranquila.

Lamento que el Concejo Deliberante, que era uno de los pocos lugares sin cacique partidario, en el que trabajábamos con muchas diferencias pero abriendo las puertas a tod@s, se transforme en un bastión más de la gestión, pero como dice el dicho: "a confesión de partes, relevo de pruebas", y así quedó expresado en la sesión de ayer. 


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