El zumbido

Las asambleas ambientales de Punilla confeccionaron un plano con los principales problemas socio ambientales del Valle. Desde la ruta de los desmontes en zona de nativas, hasta la traza de la autovía de montaña, pasando por los basurales a cielo abierto, los volcamientos de líquidos en los ríos, el uso del glifosato y la denuncia de vaciamiento del Hospital Domingo Funes.




En el último año y medio los movimientos de base que surgieron por preocupaciones locales, se fueron hermanando y hoy se complementan y acompañan en distintas acciones de reclamo en uno u otro punto de la geografía cordobesa. 

Esa solidaridad de las organizaciones les ha permitido desarrollar una mirada más amplia que la que marcan los límites de las localidades; para la gente de las asambleas Punilla es ahora "territorio construido a través de lazos sociales".

El activismo va de las redes a las calles, al interior de las asambleas hay una gran diversidad de ciudadanos y los concejos deliberantes se han transformado en el escenario para vehiculizar sus demandas. Audiencias públicas, proyectos de ordenanzas, restricciones y también vetos de normas votadas, como en el caso de Cosquín donde el Concejo aprobó la prohibición del uso del glifosato, el intendente vetó la ordenanza y luego los concejales oficialistas cambiaron su voto en lugar de ratificarla.




Este sábado las asambleas aprovecharon el evento de Cosquín Rock (*) para movilizarse. los preparativos para la marcha son una liturgia y llevan tanto o más tiempo que la manifestación, son una acción de concientización en sí misma de la que participan chicos y grandes en un clima de alegría.

Las asambleas son una forma renovada de plantear las cosas, atraviesan los partidos políticos, se nutren de expresiones artísticas, logran adhesiones de músicos e instituciones. En Punilla alcanzaron cierto reconocimiento a partir de las audiencias y movilizaciones por la autovía de montaña pero pasada esa tormenta no se disolvieron, siguen ahí y son como una abeja, o un mosquito, que nos zumban al oído para recordarnos problemas cotidianos que parecían invisibles como el avance de la construcción degradando los ríos y sierras. Están ahí para gritarnos tenazmente que así como nos gusta disfrutar de los servicios ambientales hay que cuidarlos de las acciones irresponsables y la desidia del Estado.

Para los automovilistas el puente nuevo sobre el lago San Roque representa un importante ahorro del tiempo de viaje a Córdoba, para los que ven un poco más allá el impacto del cemento reemplazando segmentos de sierras es un daño irrecuperable. 



El lado B de la autovía de montaña, al interior de la comuna de San Roque los desagües de la ruta pueden desembocar tanto en casas como en esta plaza que queda debajo del paso de los vehículos.


Un caño de desagote de Barrio La Toma alimenta el río a la altura del histórico balneario coscoíno, el caudal es constante y no solo contamina el curso de agua sino que erosiona el contrapiso y dificulta el acceso al lugar. En toda la cuenca se repiten escenas similares.


El famoso San Roque en el centro de Carlos Paz, lo que fue una postal clásica de La Villa hoy da angustia, las máquinas son parte de la obra del nuevo puente peatonal, una millonaria inversión que se suma a las acciones que erosionan el lago. 




Hermano árbol. Desde hace un mes ya no se puede acceder a este sector del barrio Suncho Huaico en Bialet Massé, las columnas de alta tensión van ganando terreno y aunque tienen poca información los vecinos temen y reclaman contra la instalación de una central eléctrica. "Construí mi casa en un terreno que fue de mi abuela, me vine de Buenos Aires a respirar aire puro -cuenta Karina angustiada- no quiero que mis hijos se enfermen."


Por acá pasó un militante ambiental, y levantó la cabeza para mirar más allá de sus pisadas. La hilera de torres sobre la ladera de las sierras se ve desde el otro lado de la ruta,las marcas que pusieron los vecinos en cambio, conforme empezó a avanzar la obra, fueron desapareciendo


Este es uno de los puntos más altos hacia el este en la localidad de Valle Hermoso, pero lo que podría ser un balcón es en realidad la cabecera del basural municipal. Es uno de los basurales más pequeños de Punilla, sin embargo desde varios metros antes del ingreso se escucha un zumbido persistente, al entrar la cantidad de moscas explican el sonido. 




La paradoja del hombre en la cima: en lo alto del cerro, en la punta del camión, el empleado municipal es el último eslabón en la cadena de un modelo de gestión de residuos urbanos lacerante. 



(*)Sábado 30 de noviembre de 2019 se hizo un evento denominado "Cosquín Rock, el homenaje" en Cosquín. 
** Fotorreportaje para la Cátedra de Fotoperiodismo de la Facultad de Comunicación Social- UNC

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